Los Cayos Cochinos es un archipiélago compuesto por dos islas pequeñas (Cayo Mayor y Cayo Menor) y 13 de menor tamaño. Están ubicados a doce kilómetros y medio al noroeste de la ciudad de La Ceiba,
en la costa norte de Honduras, en el mar Caribe. Dada su enorme riqueza
natural, en el año 2003 el gobierno declaró el archipiélago zona
protegida en calidad de Monumento Nacional Marino.
Los Cayos Cochinos poseen una superficie de 489.25 kilómetros
cuadrados. Han conservado su infinita riqueza natural gracias a los
esfuerzos de Honduras Coral Reef Fund (HCRF), la ONG encargada de su conservación y protección.
Esta riqueza natural se ve reflejada en las tres razones por las
cuales cientos y cientos de turistas visitan cada año este paraíso.
Primero: la belleza de sus arrecifes coralinos, los cuales forman parte
del Arrecife Mesoamericano, el segundo más grande del mundo después de
la Gran Barrera de Coral en Australia. Los Cayos son una verdadera
tentación para los amantes de las cálidas y transparentes aguas color
turquesa del mar Caribe.
¿Por qué ir?
No existen razones para privarse de
visitar este Monumento Nacional Marino. Su belleza exótica traspasa las
fronteras nacionales. En 2011 la revista National Geographic nombró a
Cayos Cochinos, junto a Roatán, Utila y Guanaja, como uno de los mejores
10 destinos mundiales para visitar en verano. Venga a estas diminutas
porciones del paraíso para disfrutar de sus bondades: playas
despampanantes, arrecifes coralinos y la interesante cultura garífuna.
Si busca un lugar donde hacer voluntariado científico, este es lo que
buscaba.
Cayos Cochinos es el último edén del Caribe. El sitio ideal para
perderse de la civilización y rodearse de la más prístina belleza
tropical que la tierra puede ofrecer. No en balde, este ha sido el
escenario para media docena de reality shows de Europa y Sudamérica. Así
que la única recomendación que se puede dar es que porte suficiente
bloqueador de sol y dinero en efectivo (Hay varios ATM en tierra firme, a
una hora en lancha por si lo necesita). El resto es solo olvidarse de
los problemas terrenales.
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