Destinos en Honduras que regalan atardeceres que enamora
Hay sublimes actos de la naturaleza que
parecieran estar llenos de encanto y fantasía; de benevolencia y
ternura. Uno de eso casos es el etéreo atardecer, el acontecimiento en
el que el firmamento y las nubes se colman de infinitos colores.
En Honduras apreciar increíbles y utópicos ocasos es más común de lo que se
creería. La nación tiene la dicha que ese gran astro llamado sol, ha
sido lo suficientemente bondadoso como para premiar muchos destinos de
nuestros territorio con atardeceres de ensueño, de esos que parecen
pintar cada rincón del horizonte y que tiñen uno a uno los espacios de
la magnifica bóveda celeste.
Si apreciar eventos celestiales como este es uno de sus
aficiones, le presentamos algunos lugares en el país donde la magia
parece hacerse realidad en el momento que el sol comienza a descender
del cielo.
Trujillo
El sol cae de un modo magistral en Trujillo;
la hermosura de su bahía la convierte en el escenario perfecto para
apreciar el atardecer. El lugar adquiere con la puesta del sol,
tonalidades y matices dorados, anaranjados y todo, junto a una ínfima
tranquilidad con aires de ensoñación. El ocaso en esta ciudad podría ser
considerado casi una experiencia espiritual.
Guanaja
Si su mar turquesa y su arena blanquísima ya crean un panorama mágico en la isla nada
mejor que completar el momento observando cuando el sol cae entre sus
aguas y crea un paisaje fogoso que parece arder en belleza y
magnificencia. Colores vibrantes y ricos llenan el impetuoso cielo
rojizo de la Venecia de Honduras.
Amapala
El mejor lugar para observar un encantador y emblematico atardecer en Amapala
es desde la cima en la Isla del Tigre. El reflejo rojizo en el mar,
contrastado con la construcción de sus playas de arena volcánica, crea
un paisaje de absoluta belleza. Una vivencia inolvidable e ideal para
captar en fotos.
Aunque no cabe duda que Playa Negra
es el mejor sitio para atender una bella puesta de sol en Amapala.
Percibir las últimas centellas de luz que van abandonando el cielo del
lugar es una experiencia que merece ser vivida y contada.
Tela
El idílico paraje de este sitio invita a
disfrutar de una de las postales más formidable del mundo. Cuando llega
el momento del atardecer, las palmeras del lugar se entremezclan con las
tonalidades negras, violetas y azules que se imponen en el firmamento.
Lo mejore de todo, es que el inmenso mar azul y el cielo despejado de Tela le permiten apreciar de este evento, como no lo vivirá en ningún otro lugar.
La Ceiba
El ocaso en La Ceiba
es un regalo sublime que tiene como protagonista un resplandeciente
sol, que ilumina cada rincón de las soberbias aguas de la capital del
turismo en el país, las cuales bailan al son de la brisa. Desde la
orilla de las playas podrá observar como el sol se esconde de manera
celestial tras las nubes de la ciudad.
Puerto Cortés
Ubicado en la costa del litoral atlántico, Puerto Cortes
es el refugio idóneo para presenciar un inolvidable crepúsculo. Allí,
la luz amarillenta de la estrella abrasadora se difunde en todas
direcciones iluminando completamente el entorno. Escenario puro, sonidos
de la naturaleza y la certeza de que tendrá una gran aventura que
contar.
San Pedro Sula
Si hay un lugar urbano donde la puesta del sol se vuelve mágica, ese lugar es San Pedro Sula.
Y seguramente que hay tantos más, pero “San Pedro”, tiene un aura
difícil de explicar. Cuando el día ceda a la noche, lo mejor es estar
situado en la proverbial montaña del Merendon. Entonces, hay que hacerse un lugar en las alturas y dejarse envolver por el atardecer y las tonalidades rojizas del sol sobre las cúpulas magníficas de San Pedro Sula.
Tegucigalpa
La capital de Honduras a partir de las 6:00 PM se transforma
en una autentica fiesta con explosión de colores, donde la mejor
recompensa después de un día largo y agotado, consiste en sentarse y
dejar sus sentidos en brazos de los sonidos y bajo los cielos de Tegucigalpa, específica y preferiblemente desde lo más alto de la ciudad; para contemplar los últimos rayos del astro rey.
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